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#Opinión || Un Amanecer de Paz en Chiapas


Por Ernesto Cruz.

Desde Jaltenango de la Paz, el gobernador Eduardo Ramírez Aguilar ha dado un paso trascendental con el anuncio de la Ley de Amnistía, una iniciativa que marca la pauta de la "Nueva Era" en Chiapas. Este anuncio no es solo una declaración política, sino un compromiso tangible para sanar heridas profundas y reconstruir el tejido social que se ha visto afectado por la violencia.

La amnistía, concebida como un acto de reconciliación y perdón, no busca la impunidad, sino sentar las bases para una convivencia pacífica. Al cancelar órdenes de aprehensión para aquellos que se suman a este llamado de paz, el gobierno está demostrando que el camino hacia la armonía es prioritario. Es un enfoque que reconoce que la estabilidad de una sociedad no solo se logra con la fuerza, sino también con la capacidad de perdonar y ofrecer una nueva oportunidad.

Un Enfoque Integral para el Bienestar.

El gobierno de la Nueva Era, bajo el liderazgo de Ramírez Aguilar, comprende que la paz duradera se construye con más que solo leyes. Por ello, el anuncio de la amnistía viene acompañado de un paquete de acciones en infraestructura, salud y educación para impulsar el desarrollo de Jaltenango y sus alrededores. Este enfoque integral es la clave para un "buen vivir", que une la armonía social con el progreso material. Al fortalecer el Estado de Derecho desde sus cimientos, se genera un ambiente propicio para el desarrollo y el bienestar de las comunidades.

En esencia, la Ley de Amnistía en Chiapas, impulsada por el gobernador Eduardo Ramírez Aguilar, es un reflejo de un gobierno que cree en el poder del perdón y la reconciliación para alcanzar la paz. Es un mensaje claro y contundente: Chiapas está en el camino de la paz, y este es solo el comienzo. 

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